Reflexiones en torno a la exposición "Tras el cartel"


Reflexiones en torno a la exposición “Tras el cartel” 


"Planes dentro de planes dentro de planes" le decía el barón Harkonnen al mentat Piter de Vries en Dune (la novela no la película actual). Se superponen capas para manipular la realidad a su favor sin que se vea la intención. Se suceden discursos, se solapan, se les da bombo un día, se silencian al siguiente y se crea una nueva polémica para que no se vea el plan último de dominación y poder. Sólo vemos la fachada, la imagen proyectada cual caverna de Platón para que no veamos la realidad. 

Pero el tiempo crea fisuras y por ellas vemos, atisbamos, recordamos otras imágenes anteriores. Y no son las mismas. Cartel sobre cartel sobre cartel. En la fisura vemos otros rostros que se han ido sucediendo. Modas y temas de actualidad se suceden pero el tiempo desvela el trampantojo, la ilusión de una realidad imaginaria (*). Imaginaria en el mal sentido, inventada, manipulada. Una realidad subvencionada por el que puede sufragar los gastos. 

Pero las fisuras nos advierten de la impermanencia de la imagen, que el tiempo las borrará a todas y que detrás de todas las capas se vislumbra el muro, la chapa, el ladrillo que sujeta la imagen. ¿Es esa la realidad con la que chocamos? Quizás, pero el muro también ha sido erigido por el que puede marcar, delimitar el territorio. Planes dentro de planes dentro de planes. 

¿Acaso puede haber una imagen emancipatoria? ¿O son todas ocultación y manipulación? ¿Mostrar las fisuras del tiempo es una imagen emancipatoria?

Volviendo a Dune, el Kwisatz Haderach es aquel que ve a través de las fisuras del tiempo, desde el pasado a las ramificaciones del futuro. ¿Percatarnos de las fisuras que dejan ver una sucesión de imágenes no congruentes que nos son proyectadas nos libera de la ilusión y el engaño para ver un futuro que queremos y no el que quieren que veamos?

¿O es otro plan dentro de un plan dentro de un plan?

Me resisto a pensar que sea mero azar.

 


(*) Ejemplos del siglo XX hay muchos, pero el siglo XXI parece nutrirse incansablemente de relatos, trampantojos que el tiempo no para de crearles fisuras cada vez mayores. Fisuras que apuntan a que todos esos relatos ocultan el beneficio de unos pocos y mal de los muchos. Burbujas inmobiliarias y crisis económicas para empobrecernos e hipotecarnos a todos, guerras con justificaciones falsas y objetivos difusos con persecución del disidente y desorbitantes beneficios de la industria armamentística, pandemias y experimentos sociales de control de masas, atentados terroristas que justificaron guerras, cambios de gobierno y que cada vez parecen más cloacas de los estados, trashumanismos de mentes enfermas que quieren implantarnos chips muy convenientes para monitorearnos, cambioclimáticos de buena fe que no se dan cuenta de que los sufragan otros de mala fe que quieren quitar la propiedad de la tierra a agricultores y comunidades para especular en mercados financieros con las necesidades básicas de la comida y el agua, globalistas que quieren hacer de todos unos inquilinos alquilados del mundo y tengamos que comer su comida, alquilar su casa, alquilar su coche y no poseamos nada... Y la democracia puesta en pedestal divino e inmutable y utilizada para justificar cualquier autoritarismo y merma de libertades...



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